Photo John Evans
Siempre disfrutamos del sexo al máximo. Ambos
tenemos, esa energía, que compartimos y que nos une en comunión casi mística, de lujuria, deseo,
pasión y sentimiento. Nos gusta disfrutar del sexo al máximo nivel. Siempre dispuestos, siempre calientes … Siempre.
Eres mi Amo, mi Señor, pero eres también mi hombre y amante. El mejor amante que una mujer
puede desear, caliente, apasionado, buen
follador y romántico. Los dos con fuerte personalidad, hace que a veces
nuestro sexo sea pura dinamita.
Aquella tarde de verano, como tantas veces, me
buscaste, estabas caliente y precisabas el
servicio de tu esclava, de tu puta. Si, cuando el deseo hierve en nuestras entrañas, así
es como me encanta sentirme: tu puta. Y lo digo con la boca llena de orgullo,
soy tu esclava, tu juguete y tu puta.
Para servirte, para ponerte caliente, para volverte loco, para obligarte a que
pienses solo en follarme, para calmarte
y ser tu escape cuando precisas
relajarte. Soy tu puta, porque estoy a
la orden de tu placer, de tu único placer, que al mismo tiempo…es el mío.
La habitación estaba en penumbra, yo sobre la cama,
en mis rodillas, mi collar brillando en la oscuridad, la cadena rozando mi pecho. Mi coño palpitando,
deseando tu llegada. Esperando por ti. Me había puesto mi sello anal, te
gustaba vérmelo puesto. Signo de tu
posesión sobre mí. Escuché las llaves en la puerta, y mi respiración se volvió dura y agitada. Solo sentir tu olor en el
aire, tus pasos, tu respiración, se despertaba mi deseo y mi lujuria. Así es tu poder sobre mí.
Te acercaste a la cama. y extendiste tu mano. Yo
acaricie mi rostro con ella, la sentí, atrapé tu pulgar en mis labios, y empecé a chuparlo con devoción,
con deseo. Tú de pie, mirándome, desde
tu dominación, tu sabes el poder que
tienes sobre mí. Yo también. La fuerza de nuestro deseo, es a menudo, de naturaleza salvaje, casi irracional.
Empujas mi cabeza en tu polla, y yo la atrapo con mi
boca a través de tus pantalones, sintiendo su dureza. Sentirte así, duro, excitado, animal por mí, por tu
hembra, me convierte en una salvaje, que da rienda suelta a sus primitivos instintos.
Te empujé sobre la cama, y con premura, te liberé de tu ropa. Salté sobre ti, y empece a
recorrer con mi boca, tu piel, de norte a sur, de oriente a poniente. Un rastro húmedo, caliente va
dejando mi lengua, mi saliva, marco mi
territorio, tu piel mi punto de anclaje. Me deslicé lentamente, mi cadena, de frío tacto, rozó tu vientre
y tu polla, la coloqué hacia atrás para que no me moleste, inicio mi Ritual de amor.
Separé tus
piernas y las elevé, tu empezaste a tirar, lentamente,
disfrutando, y yo puse mis labios al servicio de tu placer, de tus bolas, chupándolas con fruición, gentilmente, una por una, mmm … Estaban
duras, calientes, llenas, listas para darme
mi recompensa, pero todavía no. Nuestra complicidad en el sexo, es plena en estos
momentos, cada uno conoce, aquello que
al otro, lo transporta fuera de su
cabeza, y lo eleva a un estado de
nirvana, de placer intenso y absoluto, el tuyo como el mío, es el sexo anal, en mí y en ti.
Separé tus nalgas y hundí mi cabeza en medio de
ellas e inicie una larga chupada de tu
ano, poniendo mi lengua profunda, chupando con esmero, mi lengua se movia en
todas partes ahora, debajo de tus bolas, arriba y abajo, chupando de nuevo tus bolas … Mmm … Es mi intenso placer, sentir
como tu placer está ahora pendiente de
mi boca, de mi lengua … Chupo, chupo, chupo, chupo … Gemía como una posesa, tú también. Mi dedo, combinación perfecta con mi lengua, se adentra y despierta todas tus locas e intensas sensaciones, tú al mismo tiempo,
tirando en tu polla, sintiéndote en otra dimensión.
Te incorporas, te pones de pie, yo en la alfombra, en mis rodillas, esperándote. Tú
empiezas a tirar, y un río de lava blanca, fluye en mi boca, yo lo recojo todo, caliente, cremoso,
todo para mi, para tu esclava. Es mi recompensa. Mi alimento. Abro mi boca, y
te enseño como he guardado todo tu elixir, te sonrío, y lo trago. Vienes a mí y
nos besamos salvajemente. Comiéndonos.
Tomo tu mano, y la beso con devoción. Es la mano de mi Amo y Señor. Y entre susurros y
leves gemidos, como en trance, hago mi
ritual de sumisión:
"Beso tu mano, mi Amo, mi Señor, mi Dueño, beso tu mano, con respecto, amor y lujuria, con mimo y adoración. Yo soy tu sumita, tu esclava, tu juguete sexual, tu puta. Y estoy aquí, para darte placer, para servirte en todo lo que tú me pidas, sin límites, para ser follada por ti, para ser usada, y para recibir placer. Yo soy tu posesión, tu pertenencia. Yo te pertenezco. Todo mi ser te pertenece, mis pensamientos, mis sentimientos, mi cuerpo y mi alma, mi aliento y mi corazón. Tu eres mi Master, mi amado Master. Y te amo."
Me incliné totalmente, y besé tus pies, con mimo, ternura y lujuria.
Entonces, tomaste mi cadena, y nos dirigimos hacia
nuestro rincón favorito para follar, nuestro cómodo sofá. Tu caminabas,
orgulloso, y distante. Yo a tu lado, en mis cuatro, sedienta de ti. En esa
actitud, sabes que es cuando más caliente me pones. Llegamos al salón, y tú
me empujaste en la alfombra y me ordenaste esperar. Trajiste
unas cuerdas y mi antifaz. Yo te ofrecí
mis manos que ataste a mi espalda y me pusiste el antifaz. Estaba a tu merced.
En tus manos. Ágilmente, colocaste mi cabeza sobre unos cojines, y mi culo elevado.
Deslizaste fuera, lentamente mi sello anal, y comprobaste que tu propiedad estaba lista para ser disfrutada por ti. Me
besaste las nalgas, las mordiste levemente, y pusiste tu lengua en lo profundo
de mi, arrancando profundos gemidos de
placer. Tu lengua rápida, no se conformaba con mi jardín secreto, mi húmedo coño, era manjar para ti también. Saciabas tu ímpetu
animal, con la fuerza de un León. Yo rendida a tu lengua, a tu boca,
gemía y gritaba desde la excitación y el deseo. La Lujuria. Rogaba por
tu polla. Quería ser follada por mi amo, ahora en ese momento.
Me tomaste en dos tiempos. Gentilmente insertaste tu
polla en mi ano, y lentamente te fuiste abriendo camino. ¡Ábrete, para tu amo !
me dijiste. Yo, abriéndome toda. Tu, invadiendo mis dominios de placer. Me
follaste con la fuerza de un huracán.
Golpeabas mis nalgas en tus caderas. Toda la fuerza de tu cuerpo chocando en mi
cuerpo menudo, frágil, pero fuerte en la lujuria y el deseo por ti. Eres mi pasión.
Mi deseo. Mi lujuria. Mi adicción.
Tu polla, me taladraba en todo mi dominio, y yo
dulcemente desesperada, gemía como una loca, dando rienda suelta a ese dulce dolor placentero, que se siente
en esa muerte súbita, que es sobrevenida
con el orgasmo. Tú, en tus movimientos, rápido, profundo, certero,
despiadado. Haciendo uso de tu presa, de tu gacela. Devorándola sin piedad.
Ambos consumiéndonos en el fuego de la pasión, en la rabia de la lujuria, en el
dolor del placer. Unos pocos golpes
intensos, y pude sentirte en toda tu plenitud, rozando mi zenit, volviéndome
loca y sin control. Me corro entre gritos y un rio de jugos de toda clase
discurre viscoso, tú te bajas rápido a succionarlo, a saborearlo. A saciar tú sed.
Me incorporo, en mis rodillas y busco tu polla. La pones en mi boca, tomas mi
cabeza con tus manos, y follas mi boca, con fuerza, duramente, profundamente,
chocando. Yo lo recibo todo, me follas
duro, y rápido, obligándome a respirar por la nariz. No me das tregua. Mi
lengua envuelve tu polla, la acaricia y tú te mueves rápido. Entonces, paras …
tiras de la cadena de mi collar, me empujas hacia ti, y comes mi boca, como si
nunca más me fueras a besar. Nos besamos largo, calmándonos.
Me desatas y retiras mi antifaz. Entonces, te sientas y enciendes un puro … me pides que te ponga un Jack. Lo hago, es algo que te encanta. Yo desnuda, con mi cadena , mi collar, en mis tacones, y sirviéndote tu Jack, mientras el fuego brilla en mis ojos, y mi piel refleja el fulgor, por la agitación de nuestra batalla de sexo.
Pongo música, y mientras saboreas puro y whisky, yo bailo para ti, sonriéndote, contoneando mis caderas sobre mis tacones, meneando mi culito para ti, alimentando tus ganas…enseñándote tu propiedad... me haces un leve gesto, para que me acerque … lo hago y me atrapas sobre tus rodillas con fuerza, me besas salvaje, separas mis piernas, y mientras nos devoramos la boca, tu puro me empieza a follar en mi coño, me muevo y tu vas profundo … mmm … Lo pones fuera y chupas, besándome a continuación. El sabor del tabaco, con el sabor de mi sexo, caliente combinación.
La música suena.
Y nosotros continuamos … Fumando.
Me desatas y retiras mi antifaz. Entonces, te sientas y enciendes un puro … me pides que te ponga un Jack. Lo hago, es algo que te encanta. Yo desnuda, con mi cadena , mi collar, en mis tacones, y sirviéndote tu Jack, mientras el fuego brilla en mis ojos, y mi piel refleja el fulgor, por la agitación de nuestra batalla de sexo.
Pongo música, y mientras saboreas puro y whisky, yo bailo para ti, sonriéndote, contoneando mis caderas sobre mis tacones, meneando mi culito para ti, alimentando tus ganas…enseñándote tu propiedad... me haces un leve gesto, para que me acerque … lo hago y me atrapas sobre tus rodillas con fuerza, me besas salvaje, separas mis piernas, y mientras nos devoramos la boca, tu puro me empieza a follar en mi coño, me muevo y tu vas profundo … mmm … Lo pones fuera y chupas, besándome a continuación. El sabor del tabaco, con el sabor de mi sexo, caliente combinación.
La música suena.
Y nosotros continuamos … Fumando.
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